lunes, 27 de julio de 2015

Mamá moderna

En los tiempos que corren, la mayoría de las mujeres que bordeamos los veintimucho o los treintaypocos tenemos una mochila o varias que arrastramos y arrastraremos hasta el última día de nuestras vidas. ¿Qué es la mochila? Nuestros hijos.

Separadas, ex-casadas o solteras de tomo y lomo, nos encontramos de un momento a otro lidiando con el trabajo, la casa, las cuentas, las tareas, los útiles escolares, la nana que que quiere todos los derechos y que no cumple con sus deberes, por que sabe que preferimos aguantar a dejar a nuestros tesoritos en manos de alguien más, el perro, el gato, las ejecutivas de claro, movistar o entel que nos llaman todos los días para ofrecernos la oportunidad de la vida con nuevo plan rebajado por 3 meses, pero que te hace pebre pagando desde el cuarto mes en adelante, etc.

La mayor parte de estas labores las consideramos obligaciones y vivimos cansadas y eufóricas producto de un estrés que nosotras mismas nos imponemos.

Bueno, yo soy una de esas madres que intentamos hacerlo todo y que finalmente terminamos haciendo todo a medias. 

Creo que a lo largo del tiempo en que he ejercido mi maternidad , he intentado buscar múltiples recetas mágicas que me permitan desdoblarme y cumplir en todos mis roles. ¿Resultado? Estrés hasta más allá de lo indecible, cansancio que se acumula año tras año, no tener una noche de descanso como Dios manda, subir de peso, bajar de peso, inseguridad y la autoestima que se me fue a la mierda. Y todo esto, producto de mi propia auto exigencia. ¿Qué idiotez, no?

Me costó mi segundo matrimonio y una depresión del tamaño de un caballo el darme cuenta de que la única que podía conseguir que las cosas fueran diferentes y se sintieran diferentes era yo misma. 

Busque dentro de mí y no me encontré, perdida como estaba en una mar de responsabilidades y obligaciones. La mujer alegre, despreocupada, vanidosa y coqueta ya no existía más. Aterrizar y darte cuenta de que, después de todo, no sabes quien eres por que el ritmo de tu vida corre tan rápido que apenas lo notas y cuando atinas a darte cuenta, ya te perdiste a ti misma y ni cachaste, es heavy. 

No saber si te gusta algo por que te gusta a ti, por que lo disfrutabas con tu pareja o por que es lo socialmente aceptable para una madre de familia y esposa resulta realmente frustrante.

Fue entonces cuando caí en la cuenta.

Solté amarras, levé anclas y mandé el mundo a la mierda.

Mis búsqueda ya no era para los demás, ahora era un viaje mío, en solitario, un viaje para encontrarme a mi misma.

Y lo hice, me encontré. Con todo lo que era y con todo lo que soy, una maraña de cosas mezcladas. Me tomó un par de meses, pero lo conseguí y pude darme cuenta de que la única razón por la que nos agobiamos tanto es de una simpleza extraordinaria.

Las mujeres NO SABEMOS SOLTAR. Nos sentimos responsables de todo y de todos, como si el mundo se fuera a acabar si dejas una taza sucia al salir de casa. No descansamos cuando lo necesitamos por que sino el mundo te dispara un "nadie te mandó a ser mamá". Y sipo, es cierto, nadie me mandó, pero tampoco conozco a nadie que haya nacido preparada para esto.

Entonces, ese fue el gran secreto que descubrí y una vez descubierto, abrí la puerta y SOLTÉ. 

Y aprendí a disfrutar todos mis roles, sin permitir que me agobiaran.

Y sí, me canso igual, pero soy más feliz.

¿Y saben por qué?

POR QUE SOLTÉ.



Enlace interesante, sobre soltar: Enlace interesante y educativo: SOLTAR



Cualquiera puede ser blogger, incluso yo

Navegando por la red, pude darme cuenta de que existen infinidad de blogs que no tienen sentido ni propósito alguno. Bueno, no desmerezcamos, también hay muchos súper prácticos e interesantes, no todo es carente de sentido. Y pensando precisamente en eso, fue que me encontré dándole vueltas al tener mi propio blog, el que, seamos realistas, probablemente sólo yo leeré. Así que, en vista y considerando que sé leer y escribir y que mi redacción es más o menos decente, me creé este blog. Aunque ésto no es del todo cierto, ya que lo había creado hace años, cuando tuve la inspiración de querer escribir, pero finalmente jamás concreté nada, entre mis múltiples labores y roles (como la enorme mayoría de las mujeres), jamás tengo tiempo realmente para mi. Anyway, el asunto es que no quiero centrarme en una temática específica, sino más bien abarcar todos los ámbitos que a mi, personalmente, me interesan o me generan inquietud.

Desde la maternidad, las relaciones de pareja, la amistad, la lectura (mi pasión), la música, el maquillaje... Decidí recopilar información de diferentes tópicos que a una mujer de 33 años como yo puedan interesarles, con la esperanza de que, tal vez, un ojo curioso se de el tiempo de recorrer esas letras y así poder compartir con más mujeres que sientan, vibren, se muevan y emocionen con lo mismo que yo.

Así que aquí estoy, comenzando éste boceto de blog, veamos que tal me va.

Saludos!!!